lunes, 22 de octubre de 2012

¡Qué país!


El presidente catalán, Artur Mas, ha asegurado hoy ante los medios que la mayoría soberanista de Euskadi se reproducirá en Cataluña. Ni corto, ni perezoso vuelve a la que, por lo visto, parece ser su nueva técnica para llamar la atención sobre la idea independentista catalana.


Aprovechando que se encontraba en un encuentro con empresarios ha apuntado la importancia de su apoyo para llegar, a lo que para él, es la solución a los problemas catalanes. Más que contribución a la causa les pide enmascaradamente que no estorben, y que pese a que para muchos esto supondría una disminución de ingresos,  les anima diciendo: "No es necesario significarse mucho. Solo hace falta no ir en contra y hacer entender que el país (Cataluña) tiene derecho a ser escuchado"

                                                                                          Fuente: Pelotón69.com
El líder de Convergència i Unió augura que España va a sufrir un gran cambio y que los nacionalistas tendrán mucho que ver en ello. Convencido de su total fuerza, no duda en aplastar con  puño de acero y vapulear  las voces que intentan gritar al país que este señor no les representa.

Uno de los problemas que no se tienen en cuenta, por ambos lados, es que una desmembración de este estilo debilita las dos partes. Por otro lado me gustaría recordar al señor Mas los más de dos millones de habitantes sin recursos que tiene Cataluña, y la deuda que acarrea y que intenta solventar con 568 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómico para atender gastos corrientes. Además sería un buen momento para preguntarle por el brutal encarecimiento de sus másteres, con una subida de hasta un 60 %. Pero qué esperar de una zona en la que el 45% de los ciudadanos serían pobres si no obtuviesen una ayuda pública.

Por supuesto que ni Mariano Rajoy ni sus ministros son unos santos, nada más lejos de la realidad, y que tanto su gestión como la del anterior gobierno es la que nos ha llevado hasta aquí . ¡Qué país! Cada vez más hundido y más pobre. Además de que, irónicamente, cada vez somos menos independientes como gestores de lo nuestro.

                                                                           Fuente: undeto.blogspot.com.es
España atraviesa un momento en el que damos la impresión de intentar mantener, sobre el papel de liar que han dejado los políticos, una deuda pesadísima imposible de sostener sin cadenas de hierro.

Y son precisamente estas cadenas las que nos faltan, las que deberían unirnos en vez de atizarnos más y más hasta acabar tocando fondo. Dejando de lado los patriotismos y los besos a la bandera, tenemos que tratar de escucharnos mutuamente y llegar a un acuerdo. Esto no significa en ningún caso tener que aguantar sandeces del tipo “Cataluña, nuestro país”, ni silbidos en lo que únicamente tendría que ser una competición deportiva.

Si no sabemos manejar nuestra política interior ¿Qué hacemos mezclándola con deporte? Si no podemos mantenernos unidos a flote ¿Cuán abajo estaríamos separados? Y lo más importante, ¿Cómo se puede luchar por la independencia si no sabes atarte los cordones de tu propio zapato?