jueves, 21 de junio de 2012

La dimisión que nos costó 28.000 euros



Tarde, mal y sin apoyos, así ha decidido dimitir el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Supremo, Carlos Dívar.  A las once y media de la mañana presentaba su renuncia en un Pleno Extraordinario y cerraba de este modo un mes de continuas presiones.

Sin presentar ningún tipo de culpabilidad, Dívar, ha dejado atrás su puesto y con él un nuevo clima de desconfianza en nuestras instituciones. “No tengo conciencia de haber hecho nada malo, pero la situación era insostenible” estas han sido las palabras pronunciadas por él en el acto, una sinvergozonería típica ya de un país en el que la crisis parece solo afectar a los de abajo.

En septiembre del pasado año la Comisión Permanente gastó en un único viaje 40.000 euros, entre otros motivos, debido a que el coste de cada billete ascendía a 5.500 euros.  Para no perder este alarde de austeridad, Dívar gastó hasta 2.357 en un viaje de fin de semana al que le acompañaron siete escoltas. Son 32 viajes los investigados entre 2008 y 2012 de este señor, que no dudó en cargar comidas y hoteles de lujo en las arcas del Poder Judicial, unos 28.000 euros aproximadamente.

Por supuesto la autoprotección de la que disfrutan les exime de justificar ninguno de estos gastos. La razón de ello la desconozco, pero más allá de esto es de esperar que un cargo tan importante, habilitado para juzgar a los que juzgan, cuente con la ética suficiente para controlar sus pocos escrúpulos.

Mañana volveremos a aparecer en las portadas internacionales y el resto de Europa y del mundo se preguntará nuevamente cómo podemos hacerlo tan mal.  


martes, 12 de junio de 2012

España se cae ¿Qué está pasando aquí?


Otra vez lo han hecho, otra vez vuelven a disfrazar las palabras y los hechos para hacernos creer que todo va bien, que lo tienen controlado.

Las míticas palabras de Zapatero “No estamos en crisis”  fueron sólo una piedra más en este templo de mentiras que estamos construyendo para ocultar el pozo profundo en el que estamos metidos.

Nuestro ministro de economía, Luis de Guindos, continúa con el empeño de engañar, o más bien engañarse, de que el “apoyo financiero” al que España ha sido sometido no traerá consecuencias nefastas a la ya deplorada nación.

La preocupación en la calle aumenta “¿Ahora qué va a pasar? ¿De dónde vamos a sacar el dinero para devolver la deuda? ” Si sumamos esto a la falta de comunicación transparente que nuestros políticos practican, tendremos como resultado un vacío que solo podrá llenarse con críticas y mala imagen para nuestro país en el resto del mundo.

Algo están haciendo mal, y es que el ciudadano tiene derecho a conocer qué hacen los representantes que un día votaron, o no, en las urnas. Para poder ejercer el que debería ser nuestro papel dentro de este tumulto mediático, necesitamos que la información sea precisa y saber exactamente a lo que nos atenemos.

Los periodistas, con las manos atadas, miran atónitos como las ruedas de prensa se convierten en un ejercicio de desciframiento en las que apenas pueden rescatar unas declaraciones .

Creo que ha llegado el momento de que nuestros dirigentes encuentren su parte honesta. Ahora que somos el hazmerreír de Europa, contadnos señores ¿Qué está pasando aquí?