jueves, 29 de marzo de 2012

¿Huelga o no huelga?


Hoy día 29 de marzo es el día de la Huelga General, la octava en la historia de nuestra democracia. Un claro reflejo de la poca aceptación de los españoles respecto a las medidas tomadas por nuestros políticos.

Dejando esto de lado quiero tratar un tema muy diferente, pero inevitablemente ligado a esto. Dentro de una movilización social siempre existen los que la secundan y los que no. Como en todos los aspectos de la vida nunca podemos llegar a un consenso total. Somos humanos, y como tal, razonamos y nos regimos por unos principios personales.

Esto es una ventaja y un claro en el bosque de nuestra “borreguismo” en otros aspectos. El problema llega cuando aparece la intolerancia, la falta de respeto hacia las ideas de los demás. Tú piensa lo que quieras pero que sea lo que yo opino

La huelga es un DERECHO, por lo que no se debe tratar como algo delictivo y nunca debe convertirse en una obligación.

Nos llenamos la boca con la palabra libertad sin darnos cuenta que de nuestra cabeza se nos escapan la razón y el entendimiento. Cada uno de nosotros vive en unas circunstancias, por desgracia algunos más bien sobreviven. Esta es la principal razón por la que hay que dejar de lado esas tontunas y etiquetas de rojos y fachas que llevamos arrastrando desde 1936.


Ni tú piensas como yo, ni tienes que hacerlo. ¿Qué es eso de juzgar que yo haya decidido no ir a trabajar o que haya decidido no hacer huelga? Cuántos habrán ido hoy  a trabajar porque si les suprimen el pago de un día no pueden alimentar a sus hijos la última semana del mes y cuántos otros no habrán ido a trabajar y verán cómodamente la manifestación desde su sofá.

Cada uno que haga lo que quiera, cada uno que se guíe por sus principios. Únicamente de esa manera tendrán sentido nuestras reivindicaciones, sean de un bando o de otro.

Ya es hora de empezar a hacer un tributo real a la palabra LIBERTAD.

miércoles, 14 de marzo de 2012

El adoctrinamiento de los medios


“A mi me gustan los medios como Intereconomía o Libertad Digital, eso son los que dicen la verdad. Y luego fíjate…periódicos como El País, El Pis como yo lo llamo, son los que se llevan los premios sin dejar de mentir y mentir…”

Esta respuesta ha sido la motivación que me ha impulsado a escribir esta entrada. Más bien ha sido la gota que ha colmado el vaso. Me preocupan este tipo de actitudes, los medios nos dan de comer y nosotros comulgamos como si fuéramos niños de comunión.

Lo escrito arriba es una respuesta REAL (aunque cueste creerlo) de una señora a la que preguntamos su opinión sobre el periodismo. Este tipo de respuestas hacen plantearse de verdad si el ser humano es capaz de ser libre, de tener una mente capaz de decidir por si misma.

Como la ventanita insistente que te pregunta si autorizas una acción en tu PC  los periodistas avisan del problema que existe en torno a este borreguismo , pero parece ser que seguimos dando a Aceptar y nos quedamos tan tranquilos. Aceptar una ideología, Aceptar unas opiniones sin cuestionarlas y lo que es peor, renunciar a nuestra capacidad de decisión y pensamiento.

Que cada uno sea de un “bando político” o de otro me trae sin cuidado. Cada cual puede poseer unos valores distintos y actuar en consecuencia a ellos. El problema viene cuando sales a la calle y te das cuenta de que el ciudadano se ha convertido en un mero espectador, oyente o lector que está esperando a que le den todo masticado. Hasta tal punto llega el asunto que somos capaces de defender a capa y espada los medios con los que comulgamos ( y nunca mejor dicho) y afirmar, sin que nos tiemble la voz, que los demás mienten.

MENTIRA, una palabra tan gorda que a veces olvidamos lo que significa. Porque esta mujer no dijo “Los demás medios están equivocados” o “No comparto para nada mi opinión con ellos”, no. Esa persona, habitante del mundo, que comparte aire con nosotros y seguramente no lleve una vida muy diferente, dijo que MENTÍAN. Y lo peor de todo es que no es la única ni forma parte de una minoría.

Una vez más reivindico que los medios son un instrumento fantástico y por supuesto, un pilar indiscutible en toda sociedad democrática, pero eso no significa que deban pensar por nosotros.

Nos convertimos, sin quererlo, en seres que incapaces de generar una opinión propia, que esperan a que  inserten en su cabeza lo que tienen que pensar y después reproducirlo en una conversación entre amigos.

La culpa de esto no la tienen los medios, o al menos no toda. El error está en una sociedad acomodada que prefiere ocupar su cabeza viendo “Sálvame” a hacer juicios de valor documentados sobre las acciones de nuestros políticos.

A este paso, tendremos que cambiar esa definición de ser humano que lo califica como ser inteligente y racional ¿Continuamos así? Decidan ustedes mismos, porque no lo olviden, SON CAPACES DE HACERLO.

jueves, 8 de marzo de 2012

Abba Kovner, la venganza judía


Hace unos días , esa cadena de televisión que muchas veces ignoramos porque nos parece excesivo su contenido cultural, emitió un reportaje sobre la venganza que tomaron los judíos después de la Segunda Guerra Mundial.

Al poner La 2 me sentí tan atraída por el contenido de lo que estaban emitiendo que apunté nombres y datos para poder contarlos en mi blog. Esta no es la típica historia del ojo por ojo, diente por diente, ni es una simple venganza, ni siquiera se puede reducir al término “historia”.

El Nakam fue una organización extremista judía liderada por Abba Kovner. Después de sufrir tantas vejaciones durante la Segunda Guerra Mundial, este grupo de judíos, no se conformaban con los escasos castigos impuestos a los nazis. Dentro de su cabeza se repetían las imágenes de desolación y muerte que había vivido su pueblo. Una comunidad con un autoestima reducido a cenizas, con un fuego interno que les decía que la guerra no había acabado.

Abba Kovner, líder del Nakam, quiso que los crímenes nazis no cayesen en saco roto. Para muchos fue un gran líder, para otros sólo un loco que empeoró las cosas más aún.

Intentó envenenar el agua de Munich, Berlín, Nuremburg, Hamburgo y Weimar, lo que se hubiese traducido en unos seis millones de muertes. Una masacre que de haberse cumplido deshumanizaría más aún un mundo en el que nadie confiaba. Pero el plan no llegó a efectuarse, Abba Kovner  fue detenido con dos cantimploras llenas de la mortal sustancia.

No corrieron tanta suerte cientos de prisioneros de las SS encarcelados en Stalag. Mediante arsénico en pan intentaron dar un paso más en su venganza, pero a pesar de muchos heridos graves no hubo ninguna muerte.

Un pasado difícil de juzgar desde nuestros tiempos. ¿Entendible? Cada uno que forme su opinión al respecto. La venganza nunca trae nada bueno, es una herramienta inútil a la hora de conseguir fines, pero el ser humano es así. Somos aquellos seres capaces de tomar la justicia por nuestra mano y creer que podemos decidir sobre quién merece o no vivir.

No hace falta irse a los tiempos de Kovner y el holocausto para darse cuenta de nuestro espíritu vengativo. Sólo hay que observar como a la hora de ver los informativos nos designamos jueces con frases como “A ese lo que habría que hacer es colgarle…”

Curiosa especie el ser humano, capaces de crear una vacuna para curar a millones de personas y a la vez dispuestos a acabar con millones de vidas por una idea.

Por desgracia el ser humano no aprende, o aprende poco, de sus errores del pasado.