Nos conocimos
hace muchos años. Yo llevaba una camiseta de esas que casi llegan por los pies
y tú ibas precioso, como siempre, con esos colores que tan bien te quedan. Nos
presentó mi padre, pero de eso yo no me acuerdo. Algunos dicen que nací contigo
ya dentro, quién sabe.
El caso es que
nuestro amor ha ido cambiando, como toda relación, evolucionando. Me encantaba
estar contigo, en mi casa, en un bar o en ese sitio que tanto nos gusta. Ese
lugar en el que tantas veces he gritado tu nombre, he aplaudido tus éxitos y he
permanecido contigo, pese a tus errores.
Me has hecho
cantar, llorar, enfadarme y ser la persona más feliz del mundo a tu lado. Soy
consciente de la suerte que tengo. Que mi amor por ti no ha sido el más fácil,
que te he tenido que defender en muchas ocasiones, cuando muchos creían que eras
indefendible.
Te he visto en lo más alto, en lo más bajo, y para mi siempre lucías espléndido.
Te he visto en lo más alto, en lo más bajo, y para mi siempre lucías espléndido.
Pero así, como
tú, me gustan las cosas: complicadas y altaneras . Porque no te dejaría por
nada, incluso cuando me oyes hablando de otros, reconociendo el buen hacer de
los demás, sigo pensando en ti. Porque no me he equivocado, eligiéndote por
encima de cualquier otro, porque nadie se mueve como tú, remueve como tú, ni
conmueve como tú sabes hacer.
Y a ti, que me
lees y estás enamorado del mismo que yo, te digo que no le dejes escapar, que
esto es verdadero y no importa lo que otros piensen.
Y a ti, el amor
de mi vida, te lo repito una vez más. Me gustas así, con tus errores, con tus
subidas y bajadas. No cambies, porque lo que hay entre nosotros no lo pueden
entender.
TE QUIERO ATLETI.