sábado, 7 de mayo de 2016

El orgullo de perder la Liga

Ya no hay Liga. Otro sueño que pasa volando delante de nuestros ojos. Los mismos ojos que disfrutaron viendo como el Atleti pasaba por encima de toda estadística clasificándose para la final de la Champions hace unos días.

Esa falsa humildad de la que muchos nos acusan no es otra cosa que respeto. Respeto a un equipo que ha sido capaz de demostrar que puede, que nadie creyó en él pero él creyó en alguien. Ese alguien, como todos ustedes ya imaginan, no es otro que Diego Pablo Simeone. ¡Y qué carácter tiene este Cholo! Hoy enjaulado, observaba como su equipo se quedaba sin la Liga, pero él ve más allá. Ve más que tú y que yo. Es capaz de apreciar el progreso y de hacernos sentir campeones, aunque no lo seamos. 

Porque hoy nos quedamos sin la Liga, pero no hace tanto nos quedábamos sin la salvación, sin ascender a Primera, sin la Copa del Rey, sin la Champions. Y aquí seguimos, haciendo saber al resto del mundo que somos diferentes. Y aquel que no lo piense, aquel que crea que hemos fracasado, que se quite la camiseta y no la vuelva a vestir jamás. 

Por esta razón reivindico la obligación de sentirse orgulloso, incluso si ese día 28 que nos mantiene en duermevela, la cosa no sale como esperamos. Porque sólo hay que escucharles, ver como actúan, como miran... y mirarles, para saber que no importa lo alto que estemos en la tabla si no la pelea que se vive abajo, en el campo, en las gradas. 

Y para algunos, hoy fuimos ese ridículo término paleto de "pateti", pero nosotros sabemos que no, que esto es fuerte, que le tenemos a él y que elegimos unos colores que nos obligan a no rendirse, a no despreciar a los nuestros y a entender que no siempre ganar un trofeo es la mayor de las victorias.  

Porque no tenemos otra opción que estar orgullosos de ellos, para poder estarlo de nosotros.