jueves, 21 de julio de 2016

Aburrida de esta falsa tolerancia


Estoy cansada. Cansada de esta guerra equivocada en la que vivimos, cansada de la intolerancia, la intransigencia y la falta de modales.

Aburrida de aquellos que únicamente saben mirar hacia un lado y de aquellos que viven dentro de un redil y no quieren darse cuenta. Porque rediles, señores, hay muchos y no todos están pintados de azul.

Me carga esta manera nuestra de atacarnos unos a los otros, de preocuparnos más por defender las ideas que unos pocos han conseguido meternos en la cabeza que de seguir adelante.

Entonces me acuerdo de Alepo, de Francia y de todo lo terrible que nos rodea. Me acuerdo de que hay gente capaz de darte una paliza por llevar una bandera de España en la muñeca o de apalearte por llevar rastas, pero por supuesto, nosotros nunca nos consideraremos bárbaros porque somos gente del siglo XXI.

 Me indigno con los insultos entre profesionales, porque no tenemos las mismas ideas o porque es lo que vende. Porque nos metemos en grupos, en sacos y nos encanta. Nos dividimos entre rojos y fachas, como si no nos costase a todos llegar a fin de mes. ¡Y qué buenos somos todos joder!

Me molesta esta falsa tolerancia en la que creemos vivir pero, ojo, no vayas a opinar diferente a mi, porque entonces, eres de los malos.

Y mañana seguirán las faltas de respeto, el careo y esta forma tan nuestra de continuar en una guerra en la que tanto interesa a unos pocos, que sí llegan a fin de mes, que estemos metidos.