viernes, 27 de abril de 2012

El Atleti llega a Bucarest


Después de las sorpresas en el Camp Nou y  Bernabéu, el Atleti temía correr la misma suerte. Un Valencia fuerte y tercero de la Liga le esperaba en casa, rodeado de sus aficionados y unas ansias de gol difíciles de afrontar.

El partido empezó bien para los del Cholo, con siete minutos en los que el Atleti jugaba y prometía, pero comenzó a perder balón y el juego no salía de su área. El Valencia asedió durante la primera parte, con un Canales más que enchufado, pero la habilidad del portero rojiblanco supo solventar todas las llegadas y mantener la portería a cero.

El descanso llegó con un  0-0 que mantenía el sueño rojiblanco a flote. Emery y Simeone estaban desesperados, uno por falta de gol  y otro por miedo a que el Valencia diese la vuelta al resultado conseguido en el Calderón.

Segunda parte y un Atlético mucho más atento, hábil que permitió a los aficionados colchoneros calmarse un poco. Pero el Valencia continuó teniendo ocasiones, algunas realmente claras. El partido y el ambiente estaba ya más que caldeado.

En el minuto 60 el partido quedó sentenciado con un gol de Adrián López, que volvió a  levantar la admiración de muchos por su calidad y su particular forma de ser. Un jugador tranquilo, que piensa cada jugada para dar la mejor salida al balón.

Como momentos desafortunados queda recalcar la salida del campo de Canales, que cayó al suelo con lágrimas en los ojos y otra lesión que le hacía recordar los cinco meses que ha pasado de baja por una rotura del ligamento cruzado  anterior de su rodilla derecha, y el enfrentamiento entre Tiago, Soldado y Jordi Alba que provocó la tarjeta roja al centrocampista del Atleti.

Los jugadores y el entrenador salieron a celebrar con la afición el resultado, que rugía con fuerza desde las gradas durante todo el partido.

El Atlético tiene fijadas ya todas sus fuerzas en la final de Bucarest que se celebrará el 9 de mayo en un partido que le enfrenta al Athletic de Bilbao. Una final preciosa resultado de una competición, que este año especialmente, ha estado más que complicada.

jueves, 19 de abril de 2012

Esto es fútbol


Hoy escribo para el fútbol. Ese deporte que marca la vida de la gente de manera irremediable. Colores que despiertan los sentimientos más profundos del ser humano. Esa sensación de pertenecer a algo, y que algo de ese juego te pertenece.

Te vacía y te llena por dentro por segundos, por goles. Capaz de sacar de sus casillas a la persona más tranquila y enmudecer al más nervioso. Una tradición que pasa de padres a hijos y que consigue unir a un país incluso en los peores tiempos.

Así es el fútbol, precioso. Tan precioso como impredecible, minutos que se hacen eternos o partidos que parecen segundos.

Porque seas del equipo que seas te sientes orgulloso de ello. No creo en las envidias aquí, en mi opinión no existen. Se trata de una elección, un camino a seguir con mayores o menores alegrías. 
Hoy sin nombrar a mi equipo, porque no se trata de eso.  De verdad admiro al fútbol. Mas allá de camisetas y banderas, incluso más allá de colores. 

Ir a un campo o encender la tele, oír el rugido del estadio, observar las caras de la gente y compartir un sentimiento. Con mi equipo no te metas, y yo no lo haré con el tuyo. Competencia, rivalidad, pasión....esto es fútbol.

lunes, 16 de abril de 2012

La cazada del Rey, decadencia de España.


El 22 de noviembre de 1975, tras la muerte de Francisco Franco, el rey de España era coronado para convertirse en el representante de nuestro país y ejercer su función dentro de la tradición borbónica española.

Desde este momento, con sus más y sus menos, el rey Don Juan Carlos I ha ejercido su limitado papel con el apoyo de unos y el rechazo de otros. Más allá de la idea de necesidad de una monarquía en nuestro país, donde hay todo tipo de opiniones, entro a valorar la situación actual de nuestro monarca y su familia.

España atraviesa una situación verdaderamente difícil, dónde el trabajo se ha convertido en un producto de lujo que sólo algunos pueden alcanzar. Un país mermado por una mala gestión que, durante años, ha perjudicado nuestra imagen hasta llegar a convertirnos en un país que pierde poder por minutos.

Como el padre al que su hijo ha visto haciendo algo que no debía, España ha dejado escapar el respeto que, en algún momento de nuestra historia, nos situaba como un lugar próspero y atractivo para la inversión extranjera.

Últimamente la Casa Real y sus errores están contribuyendo en gran medida a este deterioro progresivo. La corrupción dentro de esta familia, que lejos queda ya de ser Real, sumado a sus meteduras de pata relacionadas con la caza, convierten a la monarquía en un sistema en decadencia que teme por su futuro por no saber llevar a cabo su presente.

La sensación de “haberles pillado” es lo peor de todo, y la mala gestión de su comunicación remata unas acciones más que criticables. La caza de elefantes es brutal, que un niño de 13 años se meta un tiro en el pie es más que un accidente y que un miembro de esta familia se vea inmerso en un caso como el de Urdangarín es penoso.

Por lo tanto, la crisis va más allá de la economía. Cada día nos despertamos y ponemos la radio para escuchar que todo va mal o fatal,  las soluciones no llegan y el montón de problemas aumenta en proporción al miedo de los españoles. 

Y así seguimos, orgullosos de nuestra tortilla, que por lo visto es de las pocas cosas que nos quedan.