Otra
vez lo han hecho, otra vez vuelven a disfrazar las palabras y los hechos para
hacernos creer que todo va bien, que lo tienen controlado.
Las
míticas palabras de Zapatero “No estamos en crisis” fueron sólo una piedra más en este templo de
mentiras que estamos construyendo para ocultar el pozo profundo en el que
estamos metidos.
Nuestro
ministro de economía, Luis de Guindos, continúa con el empeño de engañar, o más
bien engañarse, de que el “apoyo financiero” al que España ha sido sometido no
traerá consecuencias nefastas a la ya deplorada nación.
La preocupación en la calle aumenta “¿Ahora qué va a pasar? ¿De dónde vamos a
sacar el dinero para devolver la deuda? ” Si sumamos esto a la falta de
comunicación transparente que nuestros políticos practican, tendremos como
resultado un vacío que solo podrá llenarse con críticas y mala imagen para
nuestro país en el resto del mundo.
Algo
están haciendo mal, y es que el ciudadano tiene derecho a conocer qué hacen los
representantes que un día votaron, o no, en las urnas. Para poder ejercer el
que debería ser nuestro papel dentro de este tumulto mediático, necesitamos que
la información sea precisa y saber exactamente a lo que nos atenemos.
Los
periodistas, con las manos atadas, miran atónitos como las ruedas de prensa se
convierten en un ejercicio de desciframiento en las que apenas pueden rescatar
unas declaraciones .
Creo
que ha llegado el momento de que nuestros dirigentes encuentren su parte
honesta. Ahora que somos el hazmerreír de Europa, contadnos señores ¿Qué está
pasando aquí?
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