martes, 20 de diciembre de 2011

La integración es siempre cosa de dos


El 64% de los españoles cree que los musulmanes no se integran. Eso es al menos lo que un estudio, realizado por la German Marshall Fund de EEUU y un grupo de fundaciones europeas, ha dado como resultado.

Únicamente un 29% afirma que los musulmanes se encuentran totalmente integrados en nuestra sociedad. Una tasa muy baja si la comparamos con otro estudio, totalmente independiente del primero, que afirma que el 83% de los musulmanes sienten que su adapactación en España es total.

Quizá esta diferencia se deba a la distinta idea de la palabra adaptación por parte de las dos culturas. Los hechos acontecidos recientemente y las polémicas surgidas a partir de, si se debe permitir o no el velo en los colegios públicos, crean este campo de cultivo en el que la democracia y la Constitución deben tomar parte. La creación de dos canales de televisión Islámicos ha levantado ampollas en la opinión de muchos de los españoles. Continuamente asalta a nuestra cabeza la idea de ¿Qué harían ellos si fuésemos nosotros los que estamos en su país? Ciertamente podemos hacernos una idea de esto, basándonos en hechos ocurridos en el pasado: la aceptación de nuestros valores allí es prácticamente nula. Pero esto no nos puede servir como excusa, nuestro país es un país desarrollado y por ello, tenemos que predicar con el ejemplo.

La sociedad occidental está en la encrucijada de sus propios principios. Queremos aceptar todo, queremos formar países pluralistas. Por un momento deberíamos pararnos y pensar en el futuro. Cierto es que hay mucha diferencia entre los musulmanes que viven en nuestro país actualmente a los que lo hicieron hace veinte años. Poco a poco la integración de esta comunidad es mayor, y tenemos que tener en cuenta que en ocasiones somos nosotros mismos los que no sabemos manejar nuestras leyes. Por miedo a mostrarnos como una España racista, nos dejamos llevar por el “todo vale”, sin darnos cuenta que a  consecuencia de esto surge el “todo vale menos lo nuestro”

Tenemos que llegar a un acuerdo moral para que todo esto no se vuelva en nuestra contra. España tiene que seguir siendo un país en el que nadie es diferente por pertenecer a otra cultura, capaz de acoger a personas de todos los lugares del mundo. Esto no es incompatible con el mantenimiento de nuestros valores, principalmente los valores provenientes de los Derechos Humanos. Debemos medir con la misma regla todas las actuaciones, pero a su vez, esta regla tiene que tener esa flexibilidad necesaria para no dejar fuera a nadie.

Esa idea diferente de adaptación tiene que convertirse en la misma, los españoles no podemos pretender que los musulmanes adopten todas nuestras costumbres, y éstos no pueden conseguir que nosotros cambiemos nuestro estilo de vida a favor de las suyas. De esta manera no sólo las encuestas coincidirán, sino que dejaremos de lado las polémicas que únicamente sirven para aumentar esas diferencias que tanto nos asustan. 

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